Conducción distraída: Los padres también lo hacen

¿Es usted un conductor distraído?

La conducción distraída no es algo que debamos tomarnos a la ligera. Se han producido accidentes y lesiones graves porque alguien decidió que la pantalla de su teléfono era más importante que su seguridad o la de los demás. De hecho, en una encuesta realizada para Common Sense Media, el cincuenta y seis por ciento de los padres admitió haber mirado el teléfono mientras conducía. Y el cincuenta y uno por ciento de los adolescentes dijeron que ven a sus padres comprobar y/o utilizar sus dispositivos móviles mientras conducen.

Laura Maurer dice que no es de las que envían mensajes de texto mientras conducen. Sin embargo, hace dos años, cuando necesitaba enviar un mensaje de texto a un cliente que frecuentaba su peluquería, se detuvo en una carretera comarcal para enviarlo. Pero cuando volvió a la carretera, hizo algo de lo que dice que se arrepentirá el resto de su vida. Su cliente le había contestado y ella trató de ignorar el ping que indicaba un mensaje entrante, pero al final no pudo resistirse. "Creo que ni siquiera lo leí entero", dijo Laura en una entrevista en su casa. "Lo hojeé y colgué el teléfono, y cuando levanté la vista, allí estaba él".

Frenó en seco y trató de dar un volantazo, pero chocó contra el tractor que Marvin Beck, un agricultor de 75 años, estaba tirando a un lado de la carretera. Beck salió despedido de su tractor y murió en el acto. "No creo que pase una hora sin que piense en ello de alguna manera", dijo Laura, madre de dos hijos. "Incluso si pudiera salvar a un niño de no hacerlo o a una persona, creo que, al menos eso es un poco de consuelo, ya sabes, abrir los ojos de la gente y hacerles darse cuenta de que tenemos que cambiar la forma en que estamos conduciendo".

¿Tienes los ojos en la carretera?

La historia de Laura es un ejemplo de cómo la conducción distraída no es sólo un problema de los conductores adolescentes. Aunque muchos pensemos que son los adolescentes los que no pueden resistirse a consultar sus redes sociales, a los padres también les cuesta mantenerse alejados de sus dispositivos mientras conducen. "Mi madre es una gran Facebooker", dijo un estudiante de secundaria en Long Island, Nueva York. "Así que cada segundo que pasa está con el móvil mandando mensajes y yo siempre le digo: 'Mamá, tus hijos están en el coche'. Una cosa es que estés tú sola, pero mi hermana pequeña está con nosotros. ¿Puedes parar un par de minutos?".

Es el viejo dicho de "haz lo que yo digo, no lo que yo hago", afirma Deborah Hersman, Presidenta y Directora General del Consejo Nacional de Seguridad. Según ella, el 95% de los padres que dicen conducir distraídos admiten hacerlo delante de sus hijos adolescentes. "Eso es como el grand slam de la mala crianza, porque estás modelando el comportamiento equivocado, y luego estás diciendo a los niños que no hagan algo que te han visto hacer potencialmente durante años".

David Greenfield, fundador del Center for Internet and Technology Addiction (Centro de Adicción a Internet y la Tecnología), afirma que cuando habla con adolescentes sobre los factores que les llevan a utilizar en exceso la tecnología, éstos suelen hablar del uso que sus padres hacen de ella. "Así que si quieres que tu adolescente o adulto joven no use la tecnología, tienes que servirles de modelo", dijo Greenfield. "Están observando todo lo que haces e imitarán lo que haces".

El resultado

Con la esperanza de llegar al mayor número de personas posible, Laura se declaró culpable de conducción distraída y fue condenada a 30 días de cárcel. Dieciséis días fueron aplazados, lo que significó que pasó 14 días en la cárcel el verano pasado y ahora está en proceso de completar 200 horas de servicio comunitario. Ahora comparte su historia y advierte a los demás de los peligros de usar el teléfono al volante.

Cuando le pregunté si la gente podría pensar que debería haber cumplido una condena más larga en la cárcel, ella dice que hacer los servicios comunitarios ha sido una pena más difícil para ella. "Ir y educar a la gente en ello ha sido mucho más duro para mí que la cárcel", dijo. "El día que doy una clase... suelo estar deprimida cuando llego a casa. ... No voy a ser yo misma, y normalmente voy a estar callada y probablemente me vaya a la cama temprano".

Al mismo tiempo, cree que unas penas más duras pueden servir para disuadir a otros. "Creo que algunas personas deben tener miedo a la cárcel, y deben saber lo devastador que es y lo mucho que afecta a la vida de muchas personas", afirmó. "Y si eso consigue que dejen de hacerlo, entonces creo absolutamente que debería ser un castigo más severo, y quizá la gente preste más atención".

Concienciación sobre la conducción distraída

Pero incluso algunos de sus amigos -compañeros padres que conocen su historia- siguen sin poder apartarse del teléfono mientras conducen. Cuenta que cuando se dirigía a un partido de béisbol con su marido, una amiga, también madre de un niño del equipo de su hijo, le envió un mensaje de texto mientras conducía justo detrás de su coche. "Cuando la vi después, me dijo: 'Lo sé. Ni siquiera lo pensé'. Mi actitud fue: 'No lo hagas sólo porque soy yo'. No quiero que lo hagas porque es peligroso".

A medida que ha ido recorriendo su comunidad, hablando en escuelas y hospitales y ante grupos de jóvenes, le ha sorprendido lo extendida que está la conducción distraída. "Es increíble la cantidad de gente que dice: 'No creo que haya nadie que no haya estado en el coche con alguien que haya conducido distraído al menos una vez'", afirma. Cuando la gente admite lo que ha visto o incluso lo que ha hecho ella misma, Laura cree que puede ayudarles a pensárselo dos veces antes de volver a hacerlo. Es hora de asumir la responsabilidad de nuestros actos y asegurarnos de que cuidamos de los que nos rodean. ¿Estás atento a la carretera?