La batalla no está ganada, pero al menos va en la buena dirección.
Missouri ha sido uno de los peores estados en lo que se refiere a muertes por DUI a lo largo de los años, pero desde el cambio de siglo las cifras han ido en descenso.
Según las estadísticas proporcionadas por QuoteWizard by LendingTree, Missouri tuvo el noveno mayor número de muertes por conducir ebrio en el país con 432 en el año 2000.
Pero en 2017 ese total había descendido casi un 42% hasta 254, el 14º más alto del país.
Y en las estadísticas facilitadas por la Patrulla de Carreteras del Estado de Missouri, el año pasado la cifra descendió a 147, un 66% menos que en 2000.
Missouri El portavoz de la Patrulla de Carreteras del Estado, Sam Carpenter, señala no obstante que el alcohol sigue siendo un factor importante en los accidentes.
"El año pasado en todos los accidentes mortales que tuvimos, el 16 por ciento de ellos estaban relacionados con el alcohol", dijo. "Ese 16 por ciento debería borrarse fácilmente si se utilizan servicios como Uber, Lyft, taxis o conductores designados".
No cabe duda de que el crecimiento de servicios de transporte compartido como Uber y Lyft ha ayudado, al igual que la mayor insistencia en la aplicación de la normativa sobre conducción bajo los efectos del alcohol y los programas educativos que se imparten en los institutos.
"Mostramos vídeos muy gráficos sobre la conducción bajo los efectos del alcohol, los mensajes de texto y cualquier tipo de distracción al volante, así como el resultado final", explica Carpenter.
Tabitha Clark, de 22 años, de Springfield, es un ejemplo de ese resultado.
El 5 de diciembre de 2015, ella y unos amigos se dirigían a casa después de jugar a los bolos cuando su coche fue embestido por un conductor ebrio en un camión.
Pasó cuatro meses en el hospital con una lesión cerebral traumática.
"El tipo que la golpeó fue condenado a cinco años", dijo Yvonne, la madre de Tabitha. "A Tabitha la condenaron a cadena perpetua".
El sueño de Tabitha de convertirse en veterinaria ha sido sustituido por el sueño de volver a caminar y hablar con normalidad.
Dice que los momentos de enfado y de "¿por qué yo?" han quedado atrás.
"Lo he asumido", dijo.
Tabitha dice que la mayor diferencia en su vida es la forma en que la gente la percibe.
"La gente me trata diferente", dice. "Me tratan como a un bebé".
Ahora dedica parte de su tiempo a hablar con personas que han sido condenadas por conducir bajo los efectos del alcohol, haciendo su parte para educar al público.
Se congratula de que estén disminuyendo las muertes por conducir bajo los efectos del alcohol.
"Me alegro", dijo Tabitha. "No quiero que nadie más acabe como yo".
"Esto le puede pasar a cualquiera y le pasa a cualquiera", afirma Yvonne. "Es increíble ver a hombres adultos llorar cuando damos un discurso, o se acercan, la abrazan y le agradecen su valentía por salir a hablar. Es duro, pero mientras podamos salir ahí fuera y ayudar, eso es todo lo que intentamos hacer".
Tabitha es una joven valiente que cree que le perdonaron la vida para transmitir un mensaje muy importante.
"¡No bebas y conduzcas!", dice.
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