Los accidentes de tráfico son una de las principales causas de muerte en Estados Unidos; de hecho, son la primera causa de muerte entre los adolescentes de 15 a 20 años. Estos accidentes evitables suponen para nuestra economía un gasto anual de $292.000 millones. Como abogado de lesiones personales, veo de primera mano el daño físico, emocional y monetario que estos accidentes tienen en las víctimas y sus familias.
En 2015, se estima que 30.092 personas perdieron la vida y millones más resultaron heridas en las carreteras de nuestro país. Esta tasa de mortalidad aumentó un 7,3% de 2014 a 2015. Y lo que es aún más alarmante es que 94% de estos accidentes fueron causados por errores humanos.
En respuesta a esta preocupante tendencia al alza, la Administración Nacional de Seguridad en el Transporte por Carretera (NHTSA) ha puesto en marcha un plan estratégico de seguridad para 2017 y años sucesivos.
Este plan estratégico, "El camino por recorrer", describe las tres áreas que la NHTSA considera necesario abordar para conseguir un futuro sin víctimas mortales de accidentes de tráfico. Mediante asociaciones y estrategias innovadoras, la NHTSA tiene previsto abordar las siguientes áreas clave:
Sobre el papel, este elaborado plan suena muy bien. Sí, gracias a los avances tecnológicos podemos hacer que nuestras carreteras y vehículos sean más seguros. Y, en los últimos 40 años, hemos hecho enormes progresos en ese campo.
Pero con todos estos dispositivos de seguridad y automatización, el factor humano sigue siendo el comodín. Por muy seguros que sean los coches y la tecnología para manejarlos, la naturaleza humana dicta que la gente seguirá tomando malas decisiones.
La gente conduce demasiado rápido para las condiciones de la carretera. Conducen de forma temeraria. Conducen ebrios y drogados. Envían mensajes de texto y utilizan las redes sociales mientras conducen.
Conducir es un privilegio. Junto con ese privilegio viene la responsabilidad de operar su vehículo de una manera segura y prudente. Todos tenemos el poder de ayudar a eliminar estos accidentes tan evitables. Al comenzar 2017, un propósito de año nuevo que todo el mundo debería hacer es no conducir nunca bajo los efectos del alcohol o distraído.