Cuando se trata de la seguridad en las obras de construcción, hay una herramienta por encima de todas las demás que puede evitar lesiones y potencialmente salvar vidas. No se trata de un casco, un chaleco reflectante o un par de botas de trabajo con puntera de acero (aunque el beneficio de estos sencillos elementos es inconmensurable): la forma número uno de evitar situaciones peligrosas en cualquier obra es una formación adecuada.
Recientemente, la ciudad de Nueva York aprobó un proyecto de ley que obligará a determinados trabajadores de la construcción a recibir al menos 40 horas de formación antes de pisar una obra. El proyecto de ley del ayuntamiento se llama Intro. 1447, y obligar a los contratistas y promotores no sindicados a proporcionar a sus trabajadores una formación comparable en materia de seguridad a la que los trabajadores sindicados han recibido durante años a través de los programas de aprendizaje establecidos por los sindicatos.
Desgraciadamente, quienes se oponen a esta legislación no pueden rebatirla; ya aleguen retrasos o un aumento exponencial del papeleo, todo se reduce a una cuestión de dinero perdido y dinero gastado. Sin embargo, esas opiniones son miopes, ya que los accidentes y las muertes paralizantes suponen un coste que no se liquida fácilmente en los libros de contabilidad de una empresa de construcción.
A veces, incluso los supervisores in situ se resisten a este tipo de formación de los empleados. Llevan tanto tiempo ocupándose de estas cuestiones que la mayor parte de ellas les resultan naturales, por lo que consideran que se trata de conocimientos de sentido común que todos los que trabajan a sus órdenes deberían conocer. El problema es que este enfoque hace que los accidentes en las obras sean demasiado frecuentes, como demuestran las cifras. Por ejemplo, la Oficina de Trabajo de EE.UU. afirma que los trabajadores de la construcción suelen ser responsables de la mayoría de las muertes de trabajadores cada año (los datos más recientes ascienden a 4.800 en 2015), la cifra más alta desde 2008.
La Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo (OSHA) ofrece este tipo de formación a través de un programa que denominan OSHA 10, una serie de cursos de formación en línea de 10 horas de duración que cuestan aproximadamente $60 y abarcan temas como la protección contra caídas, los equipos de protección individual (EPI), cómo evitar la electrocución y otros. Más información en línea en www.oshaeducationcenter.com.